Hace unos días fuimos a ver La puerta abierta y después de un
tiempo de reflexión, decidimos que no podíamos pasar por alto tal obra maestra.
La historia nos presenta a un grupo de prostitutas, una corrala, en la que el
ambiente está impregnado de discusiones, de todos esos problemas que envuelven
a las almas luchadoras de las mujeres que ejercen la profesión para permitirse
salir a flote. Todo empieza a cambiar y a intercalar destellos de luz y
sensibilidad con oscuridad y desprecio, desde el momento en que una de las
niñas del edificio tendrá que compartir techo con dos de las mujeres. Mujeres
que no terminan de comprender esa invasión en su refugio, mujeres que constantemente
intentan fingir y ocultar sus problemas, pero que se dejarán la piel y el
orgullo para ocultar también a la niña con la ayuda de Lupita, otra de sus
compañeras. Y es que algo tan tonto como dejar la puerta abierta puede cambiar
tu vida para siempre…
Estamos ante la ópera prima de la
también cortometrajista y actriz, Marina Seresesky. Una obra con la que se
atreve sin miedo a presentarnos un mundo ya bastante tratado en el cine
español, pero desde una perspectiva distinta. A pesar de todo, nos atrevemos a
afirmar con seguridad, que el punto fuerte de la película son sus
protagonistas.
- Terele Pávez, Antonia, es un contrapunto, un personaje paradójico en todo su esplendor; una mujer delirante que no se deja ver sin lucir sus labios rojos y pelucas inspiradas en los mejores retratos de Sara Montiel. Una mujer dura y desquiciada, pero es también quien no tiene problema en admitir su miedo a la soledad, quien acepta abrazar y ayudar por primera vez.
- Asier Etxeandía, dando vida a Lupita, una prostituta travesti. A pesar de tener el personaje aparentemente menos importante, tiene tanta fuerza que consigue encandilar al espectador desde su primera aparición en pantalla. Lupita es esa amiga a la que cuesta comprender, pero por la que todos seríamos capaces de disparar un arma en su defensa.
- Lucía Balas, la pequeña Lyuba, desencadenante de la trama más importante de la película. ¿Cuánto talento cabe dentro de una maleta? Una niña que no permite apartar la vista de su rostro, que habla con la mirada, enternece y nos da una gran lección de vida.
- Y por último, Carmen Machi, la gran protagonista. En la piel de Rosa está soberbia, apagada, humana, sufridora… Ha costado que nos permitiesen ver la faceta dramática de Carmen fuera del teatro y por fin está llegando, por fin empezamos a ver eso que pocos conocíamos y que llevará a más de uno a observar cómo es una de las mejores actrices con las que contamos en el panorama español –sí, podemos llamarle admiración, debilidad… podemos llamarle musa-, no nos quedemos con las risas, observad su expresión, sus miradas y esa constancia dejándose el alma en su trabajo.
Al final de la cinta encontramos un mensaje que nos descubre a quien va dedicada… Amparo Baró, quien iba a formar parte del reparto y seguro tiene la puerta abierta para que le escuchen aplaudir orgullosa desde donde esté.
¡Vamos! Dejad a un lado los tópicos y los prejuicios, esta película es un regalo de valores, una mirada a un mundo que creemos conocer, pero del que no entendemos prácticamente nada. Una sorpresa con armas y luces de Navidad capaces de adornar sillas y almas. La puerta abierta es enseñanza. Es alma. Es un arañazo al corazón y un toque a las conciencias. Es un canto a la esperanza y un gesto de tender la mano a aquellos que saben escuchar y respetar.
Aquí os dejamos el trailer: https://www.youtube.com/watch?v=lMGc-FCAkQ8
Publicación por L&R